sábado, 19 de febrero de 2011


Hubo un momento en el que creías que la tristeza sería eterna; pero volviste a sorprenderte a ti mismo riendo sin parar. Hubo un momento en el que dejaste de creer en el amor; y luego apareció esa persona y no pudiste dejar de amarla cada día más. Hubo un momento en el que la amistad parecía no existir; y conociste a ese amigo que te hizo reír y llorar, en los mejores y en los peores momentos. Hubo un momento en el que estabas seguro que la comunicación con alguien se había perdido; y fue luego cuando recibiste un mensaje en tu correo. Hubo un momento en el que una pelea prometía ser eterna; y sin dejarte ni siquiera entristecerte terminó en un abrazo. Hubo un momento en el que sentiste que no podrías hacer algo: y hoy te sorprendes a ti mismo haciéndolo. Hubo un momento en el que creíste que nadie podía comprenderte; y te quedaste paralizado mientras alguien parecía leer tu corazón. Así como hubo momentos en que la vida cambió en un instante, nunca olvides que un instante también puede cambiar tu vida y aún habrá momentos en que lo imposible se tornará un sueño hecho realidad.



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